In the Shadow of Byzantium: un Imperio dividido.

Juego de tablero de 2 a 7 jugadores centrado en el Imperio Bizantino. Los jugadores se convierten en los distintos líderes de la época, enfrentándose por el control de los diversos reinos en los que se ha fragmentado el Imperio en el siglo XII, tras la Cuarta Cruzada.

Este juego puede conseguirse de forma gratuita en las páginas web reseñadas al final del artículo.

El juego se compone de un pequeño tablero (al menos el tamaño original de imagen corresponde apenas a un par de folios juntos a color), una pequeña miriada de fichas de tropas, líderes e indicadores de devastación, turno… y un libro de reglas de unas diecitantas páginas, en español, con todo lo que hay que saber.


Es un juego fácil de hacer, relativamente económico y entretenido, por lo que su relación calidad/precio (entiéndase como precio el valor de los materiales para montarlo) es bastante alta.

Si hubiéramos de definirlo de alguna manera, podríamos decir que es un wargame muy ligero, de estilo de combate Risk, pero más complejo que el juego de tablero citado.

Cada uno de los jugadores va a desempeñar el rol de un dirigente de uno de esos feudos recién nacidos: el Imperio de Constantinopla, el Principado de Achaea, el Despotado de Épiro, los Señores Venecianos del Archipiélago, el Imperio de Nicea, el Reino de Tesalónica y el Ducado de Atenas. 7 facciones en total.

Para ello dispondrán de tropas (divididas en campesinos o paroikis, lanceros, arqueros, caballeros, caballería ligera o nativa/stratiotes… y barcos) y sus líderes. Éstos se denominan de forma genérica como Dux, nomenclatura veneciana de raíz latina. Son importantes porque son tus jefes, o sea tú, y su astucia o valor indica la cantidad de acciones que puedes hacer y quién va antes en el orden del turno. Los Dux tendrán además un descendiente, otorgan bonos al asedio de fortalezas, por ejemplo, y son una pieza fundamental en el juego, ya que si mueren en batalla o por evento desencadenarán nefastas consecuencias.


Además de los Dux de los jugadores, hay una serie de líderes neutrales catalogados como Bastardos. Las naciones de los Búlgaros y los Turcos, territorios no jugables, realizan incursiones, prestan mercenarios y son protagonistas de algunos eventos. Todo ello, especialmente los eventos, le dan al juego un componente narrativo muy interesante.

Eventos sí, porque el juego trae una divertida (y aleatoria por definición) tabla de eventos donde tu Dux puede casarse con una princesa búlgara, resultar cegado a la manera de la época, enclaustrarse en un monasterio retirándose de la vida activa, tus caballeros cruzados pueden volver a casa, tus marineros volverse piratas, o puedes tener la suerte de heredar un feudo de un Bastardo.

Los turnos se desarrollan de manera ordenada, iniciándose con la forja de Alianzas y Matrimonios. Un Matrimonio es una Alianza segura de un turno, pues la palabra dicha no vale apenas nada en este juego.

A continuación, la recaudación de impuestos, compras de unidades (donde además se pueden comprar actos de traición y asesinatos, lo que permite obtener bonos en asedios o atentar contra la vida de un Dux enemigo), movimientos (donde influye el terreno rocoso) y las batallas.

En las batallas hay que distinguir los asedios a fortalezas y las batallas de campo abierto. La batalla se divide en rondas de combate, y cada ronda tiene una fase de arquería, una de ataque a melé o cuerpo a cuerpo, y otra de decisión (seguir luchando o retirada). Cuando luchan más de dos bandos, el aliado decide su retirada o permanencia escribiéndola en un papel, por lo que da lugar a situaciones muy divertidas donde el magnífico amigo corre dejándote con las bragas al aire.

A destacar también que cada tipo de tropa tiene «víctimas legales» o una escala de tipos de tropas que destruyen por orden de presencia. Por ejemplo, los paroiki o campesinos, adscritos a los feudos y sin posibilidad de movimiento, cuando obtienen una baja, matan Arqueros; si no hay, Lanceros; si tampoco hay, Nómadas; y así. De todas formas hay que decir que el sistema de lucha es el tradicional, dados como en el Risk o el Axis and Allies.

Los sitios son sencillos y carecen de grandes quebraderos de cabeza, se tira un dado (salvo Constantinopla, que se tiran dos por sus múltiples murallas).

Tras las batallas, los Dux capturados pueden ser ofrecidos en venta, es decir, que los jugadores compren su libertad. Porque cuando muere un Dux la cosa se pone fea, (pérdida de feudos, declaración de provincias independientes, los hijos bastardos de éste salen de la nada etc…).

APUNTES PEDAGÓGICOS

Es un wargame donde, además de comprender la mecánica y motivaciones de los acciones de ese período histórico, los jugadores aprenden a desenvolverse con multitud de términos griegos, y ejercitan materias tales como lógica y matemáticas.

La fuerte competitividad, y la astucia que el jugador ha de desempeñar, transmiten la tensión de las luchas endémicas propias de la zona y época.

Es conveniente reforzar los conocimientos adquiridos de la época con algún visionado cinematográfico, o la lectura de algunos párrafos de un libro de Historia.

VALORACIÓN

Se trata de un wargame ligero y sencillo, además de barato y fácil de hacer. Muy divertido y competitivo.

Sin embargo, no todo el material está en castellano (el gráfico). El tablero original resulta pequeño, y las fichas poco llamativas para lo que muchas producciones actuales nos tienen acostumbrados. Mecánica simplista.

El juego se puede conseguir de forma gratuita en la página web oficial. Las reglas en español están a disposición de los internautas.

Enlaces:

El juego en la Board Game Geek

Página oficial